El liderazgo que México requiere | Artículo
Es momento de dejar de lado las descalificaciones fáciles y las discusiones estériles sobre las personas, para dar paso al debate sobre los proyectos de nación de los aspirantes a la candidatura por la Presidencia.
- Rogelio Muñiz Toledo

Rogelio Muñiz Toledo
“Sin liderazgo, las instituciones pierden el rumbo y
las naciones se exponen a una irrelevancia cada
vez mayor y, en última instancia, al desastre“
Henry Kissinger *
A un mes de que las dos alianzas partidistas definan sus candidaturas a la presidencia de la república es importante iniciar un debate público sobre los perfiles de quienes encabezan las preferencias en ambos lados. Como en su momento también lo será de quien se perfile para asumir la candidatura de Movimiento Ciudadano y de una eventual candidatura independiente, lo cual estaría sucediendo hacia el mes de diciembre.
Es momento de dejar de lado las descalificaciones fáciles y las discusiones estériles sobre las personas, para dar paso al debate sobre los proyectos de nación y la posición política e ideológica de quienes aspiran a la candidatura. Es urgente que cese todo intento por menoscabar los derechos políticos de las aspirantes. Es hora de decir: ¡no a la violencia política en razón de género en contra de ninguna aspirante! Con la misma firmeza y convicción debemos decir: ¡no a la discriminación racial motivada por el origen étnico o nacional de quienes aspiren a la candidatura!
No es tiempo de debates entre aspirantes. No lo es ni durante estas “preprecampañas” increíblemente validadas por las autoridades electorales, ni durante los días que van desde el inicio del proceso electoral, en la primera semana de septiembre, hasta antes del inicio de las precampañas legalmente reguladas. Conforme a la ley, el momento para los debates entre quienes se registren para las precandidaturas será hasta que empiecen las precampañas, en noviembre, y entre quienes obtengan las candidaturas hasta el inicio de las campañas, en marzo.
Pero sí es posible iniciar debates entre la ciudadanía sobre el proyecto de nación y sobre las políticas y el liderazgo que requiere México para concluir la aplazada reforma del Estado, impulsar el pospuesto cambio del régimen político y avanzar en la urgente erradicación de las desigualdades estructurales, la pobreza y la violencia y los niveles de inseguridad que aquejan al país. También es momento de definiciones de las y los aspirantes a la candidatura presidencial.
No podemos quedarnos con los discursos maniqueos que pretenden convencernos de que la elección presidencial de 2024 se explica por la simplista reducción de la realidad a una batalla política que simplifica las opciones entre “los buenos y los malos”, entre “sacar a Morena del poder” y “que siga la transformación”. Es necesario asumir que lo que estará en disputa es el proyecto de nación.
Tampoco parece conveniente -ni mucho menos convincente- el discurso que insiste en que no importan las posiciones ideológicas de quienes obtengan las candidaturas. Creo que sí es importante conocer si quienes buscan la presidencia de la república para los próximos seis años se ubican a la izquierda, a la derecha o en el centro político. Es necesario saber si su trayectoria política, su discurso, sus convicciones y sus compromisos para alcanzar la candidatura están más cerca de una posición liberal o conservadora en aspectos sociales, o en relación con los derechos humanos y las libertades y si su política económica se aproximaría más al proyecto neoliberal o a una alternativa de corte socialdemócrata.
Respetando las restricciones legales, es imprescindible que quienes buscan la candidatura presidencial asuman públicamente definiciones en relación con la política social de Estado que requerimos para erradicar la pobreza y disminuir las desigualdades y sobre la necesidad de una reforma fiscal que evite una crisis en las finanzas del Estado frente a las inminentes presiones presupuestales para cubrir las pensiones contributivas.
También será necesaria su definición sobre el papel del Estado en relación con la transición energética, el cambio climático y la contribución de México al objetivo de cero emisiones netas mundiales de gases de efecto invernadero o de la estrategia para enfrentar el grave problema de la delincuencia, la inseguridad y la violencia. Por hablar solo de algunos de los principales retos que enfrentará quien llegue a la presidencia de la república en 2024.
Señala Henry Kissinger que “el liderazgo es aún más esencial durante las transiciones, cuando los valores y las instituciones pierden relevancia, y el plan esbozado para un futuro digno es objeto de disputa”. Para poder evaluar si cuentan con la capacidad de liderazgo que se requerirá para hacer frente a los retos que significará gobernar el país, las y los electores tenemos derecho a saber qué piensan quienes buscan la presidencia de la república sobre los grandes problemas nacionales y, sobre todo, cuáles son sus propuestas concretas para solucionarlos.
En la disputa por el proyecto de nación en la elección presidencial de 2024 será imprescindible que quienes busquen la presidencia de la república expongan con claridad no solo propuestas generales -que suelen ser difusas- sino las acciones y las políticas concretas que llevarían a cabo. No bastan ni las simples promesas de continuidad ni los discursos contestatarios u ocurrentes. Es necesario que quienes quieran asumir la jefatura del Estado y del Gobierno para los próximos seis años demuestren que tiene la capacidad para asumir el liderazgo que se requerirá para definir el rumbo y llevar a cabo las transformaciones que demanda el país.
* Henry Kissinger fue secretario de Estado de los EE.UU. con los presidentes
Richard Nixon y Gerald Ford. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1973.
