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‘Notas desde el interior de la ballena’, una visión contemporánea de la relación madre-hija, de Ave Barrera Naturaleza Aristegui

“La familia y sus vínculos es un tema literario desde los griegos, pero a cada generación nos toca inventar la manera en que vamos a abordarlos”, explica la autora en entrevista.

  • Redacción AN / HG
10 May, 2024 06:30
‘Notas desde el interior de la ballena’, una visión contemporánea de la relación madre-hija, de Ave Barrera
(Penguin Random House).

Por Héctor González

Desde tiempos inmemoriales, las relaciones madre-hija o hijo, han sido material literario. Por muy terso o complicado que sea o haya sido, es algo que marca y sobre esto trata Notas desde el interior de una ballena (Lumen), la nueva novela de Ave Barrera (Guadalajara, 1980).

La trama nos muestra a una protagonista que regresa a casa para descubrir que su madre murió durante una cirugía. Además del duelo, deberá aprender a vivir con los silencios y a restaurar por medio de la escritura aquello que ya no dio tiempo de enmendar.

Más allá de lo que es verdad o invención, Ave Barrera construye un libro íntimo que nos invita a reflexionar sobre lo que significa ser hija y ser madre.

¿Notas desde el interior de la ballena es un libro que nace de una pulsión inmediata o es producto de años de trabajar el tema?

De ambas, durante mucho tiempo intenté abordar el tema desde la ficción, con una protagonista que no tiene nada que ver conmigo y en una situación distinta, como sucede un poco al final de la novela. Después descubrí que el libro exigía ser tratado de distinta manera y este es el resultado. Una vez que di la forma, todo fluyó más rápido. En términos técnicos fue más fácil, en términos personales fue muy demandante, pero me siento satisfecha con el resultado.

¿Qué fue lo más demandante?

La labor de confrontación. Identificar los momentos en que había que dar todo al texto y los momentos en que había que dar un paso atrás para exigirle al texto y a mí misma una distancia crítica para realizar un análisis sin sentimentalismo y más racional. Fue complicado separar ambos momentos.

¿La ficción te sirvió para tomar distancia respecto a la confrontación con tu mamá?

En el caso de esta novela descubrí que la ficción no necesariamente tiene que ver con la invención, muchas veces la asociamos con lo que no sucedió, pero en Notas desde el interior de la ballena la diferencia entre lo verdadero y lo que no lo es, deja de tener importancia. La ficción es una estrategia de abordaje, una composición que exige ser escrita de cierta manera para comunicar lo que se pretende. Use la ficción para convertir el libro en literatura, no quería que se tratara nada más de un desahogo o pura víscera.

¿Hacia donde te desplazaste como hija durante el proceso de escritura?

Inicialmente el libro se iba a llamar Deriva o Islas a la deriva, porque este concepto es importante. El camino me llevó a dar tumbos de un lugar a otro, tal como consta en la novela, comenzó con un afán de rebeldía y enojo que expresa la protagonista cuando tiene veintitantos años y regresa a ver a su madre, pero se da cuenta que ya no puede comunicarse con ella y de que va a morir. La protagonista está irritable y enojada con todo, empieza vivir un proceso de duelo que se pone en correspondencia con la voz de una mujer entrada en sus cuarenta que empieza a hacer un autoanálisis por medio de la escritura, de lo que significa ser hija. Ese autoanálisis me llevó, no a una reconciliación porque no habrá manera de que pueda hablar con mi madre para reconciliarnos, pero sí a un lugar de tranquilidad respecto al tema de mi relación con ella, con mi padre, mi nana y la familia que aún me queda. El libro y todo el proceso terapéutico que lo acompañó me llevó a un duelo que tiene dos caras: el de la vida, que implica aquello que madre e hija no pudieron vivir juntas; y el duelo de la muerte, de la desaparición y ausencia que viene después de la muerte.

¿Cómo evitaste el sentimentalismo y ser condescendiente contigo y tu madre?

No se puede evitar, la clave está en la verdadera compasión. Con este libro me di cuenta de que no podemos ser coercitivos e impedirnos sentir. No quería ofrecer a los lectores una obra lacrimógena y llena de lamentaciones. Una mujer que pierde a su madre obviamente está en duelo y desde luego es una tragedia, pero no quería quedarme ahí, esa parte del proceso es personal y por supuesto la viví, pero me interesaba el proceso del examen y autoanálisis para establecer una conexión con los lectores. Más allá de la memoria o de mí historia, que no tiene ninguna importancia, quiero apelar a la historia de los lectores y provocar el autoanálisis que genera la reflexión en torno al vínculo entre la relación madre-hijo.

Tu novela, como Dios fulmine a la que escriba sobre mí, de Aura García-Junco, plantean visiones más contemporáneas de las relaciones filiales, ¿percibes que hay un cambio generacional en la forma de hablar de estos temas?

La familia y sus vínculos es un tema literario desde los griegos, pero a cada generación nos toca inventar la manera en que vamos a abordarlos, es una responsabilidad y una tarea a la que nos toca entregarnos como escritoras.

¿Qué te ha comentado tu familia sobre la novela?

De mi familia quedan pocos desafortunadamente, mi padre es mi familiar más cercano en términos físicos y emocionales, estoy distanciada de los demás.  En un momento de la novela hablo del miedo de la protagonista a lastimar al padre, en mi caso me amarré los pantalones y hablar de manera muy cercana, tomar en cuenta su opinión, aunque difiriera con la mía. Puntualmente me dijo que no estaba de acuerdo con nada de lo que escribí, pero que entendía el motivo y lo respetaba. Pensaba que me iba desheredar y a dejar de hablarme, pero al darle los borradores y conversar con él creo que restauramos el vínculo, ayudó a que supiera que más allá de las diferencias nos queda el amor que nos une, al final estamos juntos en esto y soy producto de su decisión de traer a alguien al mundo. La consideración y el respeto abonó a mejorar la relación, además siempre ha sido un gran lector de lo que he escrito.

¿Te sientes con paz después escribir la novela?

Sí, con mucha paz, creo que después de este libro ya puedo escribir cualquier cosa.

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