“La ciencia ficción descoloca la mirada y nos permite entender el presente”: Rosa Montero
La escritora española publica ‘Animales difíciles’, la última entrega de la saga protagonizada por la detective Bruna Husky.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
Bruna Husky enfrenta un nuevo caso: debe investigar un atentado terrorista en las instalaciones de la empresa tecnológica Eternal. Corre el año 2111, y la detective-androide ha sido alcanzada por su época y ahora deberá confrontarse con el desarrollo tecnológico que la creó a ella misma.
Con Animales extraños, Rosa Montero (Madrid, 1951) concluye la saga dedicada a Bruna Husky y lo hace con una mirada crítica y sin condescendencia respecto a la Inteligencia Artificial, “desde luego es una herramienta nos facilita la vida, pero al mismo tiempo nos expone como nunca a la manipulación”, expone la escritora en entrevista.
En paralelo a títulos como La ridícula idea de no volver a verte y El peligro de estar cuerda, Montero reconoce que su serie de cuatro novelas de ciencia ficción –Lágrimas en la lluvia, El peso del corazón, Los tiempos del odio y Animales de extraños-, y concluye que Bruna Husky es un alter ego con quien comparte, entre otras cosas “la angustia por el paso del tiempo”.
Al final de Animales difíciles escribes “o todos o ninguno”, con relación a la salvación de la especie humana.
Vivimos un momento donde gente más rica y liberal al extremo propugna la desaparición del Estado y el cierre de fronteras a la migración. Esto no solo es una imbecilidad, es imposible. El tsunami de desplazamientos de personas que veremos por el calentamiento global en los próximos años es uno de los grandes retos que se nos vienen. Por eso nos salvamos todos o ninguno.
Aunque quienes piensan lo contrario van ganando terreno.
Ganan terreno político. Hay un ascenso de los extremismos, el fanatismo, y la intolerancia antidemocrática. Tienen muchos seguidores, pero la realidad es que su proyecto no puede ganar.
¿Qué herramientas encuentras en la ciencia ficción para hablar de estos temas?
Una no escribe novelas para enseñar algo sino para aprender, para poner luz en la oscuridad y en tus dudas. Si quieres ejercer una labor inmediata de denuncia, debes usar canales como el periodismo o el ensayo. La novela es otra cosa, implica tratar de entender cómo es el ser humano y profundizar en ello, es un efecto a largo plazo. La búsqueda del sentido de la vida es en definitiva lo que nos termina salvando, pero no es inmediato. Dicho esto, en el mundo hispanoamericano tenemos un prejuicio absurdo y desconocimiento de la ciencia ficción. La gente cree que habla del futuro y de cosas que no tienen que ver con nosotros, cuando lo cierto es que nos da una herramienta metafórica maravillosa para hablar del aquí y el ahora. La ciencia ficción descoloca la mirada y nos permite entender lo que estamos viviendo, desde ese punto de vista son mis novelas más realistas.
Es curioso como la ciencia ficción o el policíaco se han convertido en géneros realistas.
A estas alturas los géneros ya están superados. No me interesa encerrarme en un marco pequeño. Las novelas que me interesan no se atienen a los géneros, sino que intentan entender el sentido de la vida y de lo que somos. Procuro que mis novelas usen recursos muy contemporáneos como la ciencia ficción, el thriller, además, son obras existencialistas porque tratan del paso del tiempo, de la vida y de la muerte.
¿Qué relación tiene con Bruna Husky?
La amo. Me gusta y agradezco cuando alguien se acerca gente y me dice que le encanta El peligro de estar cuerda, pero cuando si me dicen que le gustan las novelas de Bruna me alegro más. Es un personaje a quien le tengo mucho cariño, es mi alter ego en un sentido profundo, compartimos la angustia por el paso del tiempo, la obsesividad, etc. La voy a echar de menos.
¿Sientes que te ha acercado a lectores jóvenes?
No, me han acercado más a los jóvenes Historias de mujeres, La ridícula idea de no volver a verte o El peligro de estar cuerda. La serie de Bruna no, he de reconocer que se han vendido menos que cualquier otro libro mío, aún así le he dedicado cuatro novelas. Me siento orgullosa de contribuir a que la gente pierda ese prejuicio y se abra a la obra de escritoras como Úrsula K. Leguin, una de las grandes autoras del siglo XX.
¿Podríamos decir que en la saga de Bruna hay una visión apocalíptica de la Inteligencia Artificial?
No creo, mis novelas no son distópicas. El mundo de Bruna no es peor a este. La Inteligencia Artificial es algo amenazador en distintos sentidos que la gente no ha pensado. Probablemente vendrá una crisis laboral tremenda, pero eso no es lo más preocupante porque se puede combatir con la renta universal. Me parece más peligroso que la IA sea una tecnología que no se puede comparar con nada, nunca antes el ser humano se ha encontrado en un umbral de salto tecnológico como éste. Desde luego nos facilita la vida, pero al mismo tiempo nos expone como nunca a la manipulación por eso los neurocientíficos desde hace años buscan que se incluya como derechos humanos los llamados neuroderechos que incluyen el derecho a que nadie se meta en mi cabeza sin que yo lo autorice, el derecho a no ser sometido a un sesgo intelectual o de contenido. Desgraciadamente no se está legislando nada. Quienes controlan estas tecnologías son personas antidemocráticas, capaces de ordenarnos sobre lo que tenemos que comprar, sentir o votar. La economista italiana Francesca Bria, ha estudiado cómo las grandes empresas tecnológicas encabezadas por gente antidemocrática, están dando un golpe de Estado en la sombra y están gestionando aparatos esenciales de los países como la defensa, la educación y la sanidad. Es decir, se está creando un Estado global que domina nuestros estado. Geofrey Hinton, Premio Nobel de Física en 2024, uno de los padres de la IA ha denunciado que esta herramienta puede acabar con la especie. Por supuesto, esto se puede controlar como sucedió con la clonación, pero ahora no se hace nada porque está en juego tal cantidad de dinero y poder que la avaricia humana lo impide. Hemos avanzado mucho tecnológicamente, pero emocionalmente somos igual que los seres de las cavernas.
De la Bruna Husky de la primera novela a la última hay un gran cambio, de ser lo más avanzado a ser totalmente parte de la realidad.
El homo sapiens lleva 300 mil años en la Tierra, que es poco tiempo en comparación con las eras geológicas, pero es mucho si pensamos que en los últimos ochenta años nos hemos puesto tres veces en riesgo de extinción por el mal manejo de la tecnología. Estamos en riesgo por las armas nucleares, el calentamiento global y la Inteligencia Artificial.
Pero la IA es una herramienta nada más…
Claro, pero no la estamos controlando. No estamos llegando a ningún acuerdo porque hay demasiada avaricia y poder en juego.






