Bosques del futuro | ¿Qué implica el nuevo Programa Nacional de Restauración Ambiental?
Por primera vez, el gobierno federal ha diseñado una política nacional de restauración con visión de largo plazo, planificación estructurada hasta 2050 y enfoque multisectorial.
- Redacción AN / SH

Por Ernesto Herrera*
Reforestamos México
México ha dado un paso inédito al lanzar el Programa Nacional de Restauración Ambiental (PNRA) 2025–2030, una política pública que por primera vez aborda la restauración ambiental como eje estratégico de largo plazo, con enfoque sistémico, territorial y de justicia socioambiental.
La presentación del PNRA se realizó durante la Cumbre Nacional por la Restauración de Ecosistemas, organizada por la Alianza Mexicana por la Restauración de los Ecosistemas (AMERE), en colaboración con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Más de 450 personas asistieron: pueblos indígenas y comunidades afromexicanas, juventudes, academia, sector privado, organizaciones civiles, gobiernos locales y organismos multilaterales. Es un momento crucial porque la restauración se coloca en el centro de la política pública ambiental del país.
Un reconocimiento necesario: liderazgo con visión desde SEMARNAT
Este programa marca un punto de inflexión. Por primera vez, el gobierno federal ha diseñado una política nacional de restauración con visión de largo plazo, planificación estructurada hasta 2050 y enfoque multisectorial.
Administraciones anteriores invirtieron mayores recursos, pero con enfoques limitados y fragmentados —principalmente enfocados en la reforestación sin criterios técnicos, seguimiento ni perspectiva ecosistémica. El liderazgo de SEMARNAT ha permitido construir un marco estratégico que plantea una restauración integral que considera ecosistemas terrestres, acuáticos y costeros, con criterios claros, principios de justicia ambiental y participación comunitaria como pilar operativo.
Además, es importante reconocer que el Programa no busca crear de cero la política de restauración, sino que lo hace a partir de las experiencias de éxito que hay en el país, incorporando así aprendizajes de varios actores, pero sobre todo de comunidades que por años han trabajado en la restauración de sus territorios.
Aunque perfectible, el PNRA es el programa más ambicioso, incluyente y necesario que México ha tenido en esta materia.
De la política al territorio: ¿quién ejecuta?, ¿con qué recursos?, ¿hasta cuándo?
El principal reto ahora es su implementación. El PNRA identifica más de 325 sitios prioritarios que requieren intervención urgente, pero no especifica los mecanismos para obtener los recursos financieros ni los procesos operativos para coordinar acciones entre diferentes niveles de gobierno. En un contexto en que la estructura de muchas instituciones ambientales ha sido debilitada, y los gobiernos locales carecen de las capacidades técnicas necesarias para aterrizar la restauración en territorio, se ve difícil que se puedan implementar actividades en la escala que se necesita.
Además, el sector privado sigue sin estar integrado plenamente en la estrategia. En un contexto de austeridad fiscal, esto representa una debilidad crítica: no existen incentivos fiscales, beneficios tributarios ni mercados funcionales para motivar la inversión empresarial en restauración. La política ambiental no puede sostenerse exclusivamente con recursos públicos; se necesita una arquitectura financiera innovadora y multiactor.
Reconocer la raíz del problema: políticas fragmentadas y ecosistemas que no compiten
La degradación ambiental que hoy afecta a gran parte del territorio nacional no es solo consecuencia del cambio climático ni de dinámicas naturales. Es el resultado de políticas públicas desarticuladas, sectorizadas y sin visión de largo plazo, que históricamente han visto la conservación y restauración como costos, no como inversión.
A esto se suma un problema estructural de fondo: la falta de mecanismos que reconozcan y valoren adecuadamente las externalidades positivas que proveen los ecosistemas. Actualmente, los ecosistemas en pie no logran competir en rentabilidad frente a otros usos del suelo —como la ganadería, la agricultura extensiva o el desarrollo urbano— precisamente porque sus beneficios sociales, ambientales, hídricos, climáticos y productivos no se reflejan en valor económico tangible. En ausencia de esquemas sólidos de valorización, financiamiento y certidumbre jurídica, dichos beneficios no se traducen en bienestar para las comunidades que habitan y cuidan estos territorios. Superar esta limitación requiere una política fiscal, financiera y productiva alineada de forma coherente con la política ambiental.
La restauración como agenda nacional
Desde la AMERE, alianza impulsada por Reforestamos México, WRI México y WWF México, hemos trabajado durante años por una política de restauración con visión de país. Por eso, colaboramos con SEMARNAT en el diseño de la Cumbre como el escenario ideal para presentar el PNRA y mostrar el potencial que tienen las alianzas multiactor cuando hay voluntad política.
Reconocemos también los esfuerzos del sector privado. Grupo Financiero Banorte, Grupo Bimbo y Ponterra México compartieron durante la cumbre acciones concretas en restauración, y destacaron la importancia de construir confianza y reglas claras para ampliar su participación. A través de la plataforma One Trillion Trees del Foro Económico Mundial, Banorte, por ejemplo, ha formalizado compromisos públicos en esta materia, con enfoque de corresponsabilidad territorial.
Oportunidad histórica, amenazas reales
La coyuntura internacional abre una ventana de oportunidad única: la Década de Restauración de Ecosistemas, el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal, el auge de los mercados de carbono, y la aceleración de inversiones con criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG por sus siglas en español y ESG, en inglés). Tecnologías como el monitoreo satelital, la inteligencia artificial y los sistemas de trazabilidad permiten dar seguimiento riguroso a las acciones restaurativas.
Pero enfrentamos amenazas estructurales: cambio climático, conflictos por la tierra, crimen organizado, pobreza rural, escasez de semillas nativas, y una altísima probabilidad de que un cambio de administración en 2030 interrumpa la continuidad de esta política si no se institucionaliza legalmente.
Cinco pasos para consolidar la restauración como política de Estado
-Transversalizar el PNRA en las diferentes instituciones de gobierno con impacto territorial y que no sea solo responsabilidad del sector ambiental
-Institucionalizar el PNRA en ley, para asegurar su continuidad más allá del sexenio y que cuente con un presupuesto
-Crear incentivos fiscales y mecanismos de mercado, que hagan rentable restaurar.
-Desarrollar sistemas públicos de monitoreo y evaluación, abiertos y verificables.
-Fortalecer capacidades técnicas y organizativas en municipios y núcleos agrarios.
-Alinear todos los programas de desarrollo rural y agropecuario, para evitar que perpetúen la degradación.
Restaurar el futuro
La restauración no es una moda ni un capricho ambiental. Es una estrategia de soberanía ecológica, cohesión territorial y resiliencia social. Es también una vía concreta para generar empleos, reducir conflictos y reconstruir el vínculo entre la sociedad y la naturaleza.
Desde Reforestamos México y AMERE, reafirmamos nuestro compromiso para acompañar, exigir y contribuir a que el PNRA pase del discurso a la acción. Restaurar los ecosistemas de México es restaurar nuestra esperanza colectiva y nuestra capacidad de imaginar un futuro viable.
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*Ernesto Herrera es director general de Reforestamos México, asociación civil que desde 2002 trabaja en alianza con los distintos sectores de la sociedad: empresas, jóvenes, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, academia y gobierno, para asegurar más y mejores bosques para impulsar el desarrollo sostenible en nuestro país.
Reforestamos México es una asociación civil que desde 2002 trabaja en alianza con los distintos sectores de la sociedad: empresas, jóvenes, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, academia y gobierno, para asegurar más y mejores bosques e impulsar el desarrollo sostenible en nuestro país. Para más información consulta www.reforestamosmexico.org



