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“Ni soy el gran personaje ni tengo una gran personalidad, el problema es que abunda la gente aburrida”: Dahlia de la Cerda Naturaleza Aristegui

La escritora publica su nuevo libro de cuentos ‘Medea me cantó un corrido’.

  • Redacción AN / HG
11 Oct, 2024 07:45
“Ni soy el gran personaje ni tengo una gran personalidad, el problema es que abunda la gente aburrida”: Dahlia de la Cerda

Por Héctor González

Si hoy existe una escritora mexicana que sabe agitar las redes sociales ella es Dahlia de la Cerda (Aguascalientes, 1989). Desde su primer libro Perras de reserva, llamó la atención dentro y fuera del país, producto de una prosa directa y sin filtros. Más adelante con Desde los zulos y el recién publicado Medea me cantó un corrido (Sexto Piso), la narradora repitió la dosis.

Hoy sus títulos circulan en Estados Unidos y Francia. Tanto sus seguidores como sus críticos se cuentan por decenas. Unos defienden su tono, otros cuestionan su sentido estético, pero lo cierto es que ella defiende su estilo. “No me interesa escribir como dicta el canon”, revira una autora que para sus nuevos cuentos decidió pensar qué habría pasado si Medea, aquella mujer que según la mitología griega mató a sus propios hijos, hubiera nacido en México.

En relativamente poco tiempo has tenido éxito, ¿piensas en tus lectores y en tus haters mientras escribes?

En los haters no pienso tanto, solo cuando me va bien. Si me nominan a algún premio, digo, “¡ay, les va a arder, que bien, se van a enojar!” Ahora quisiera decirles, por ejemplo, con quien estamos negociando los derechos de Medea me cantó un corrido para convertirla en serie. Van a llorar de coraje porque es algo muy top. Me da gusto que se enojen y hacer rabiar a la gente, desde chiquita. En mis lectoras y lectores sí pienso a la hora de escribir.

Sí siento que tengo un peso muy grande sobre mis hombros, porque no solamente es literatura, sino todo lo que se genera alrededor de la literatura. Las complicidades, reflexiones y conversaciones, me apura mucho no estar a la altura de sus expectativas.

¿Cómo es tu proceso creativo o de trabajo porque llevas un ritmo de un libro por año?

Tardé cinco años en escribir Perras de Reserva, lo hice con apoyo de becas del Estado, entonces tenía muchos trabajos para subsistir y las becas me permitieron comprar el tiempo que necesitaba. Desde los zulos no fue tan difícil porque la editorial Sexto Piso hizo una recopilación de mis columnas, fue un proceso más ligero. Para Medea me cantó un corrido, tuve más tiempo porque ahora básicamente me dedico a escribir y soy muy planificada. No escribo todos los días, pero sí pienso todo el tiempo en mis textos.

¿Qué horarios ocupas para escribir?

De noche, empiezo a las diez u once y termino tres o cuatro de la mañana.

¿Por qué retomaste el mito de Medea?

Se dio solo, me daba hueva reinterpretar los clásicos. Quería escribir un libro sobre mujeres que abortan en distintos contextos, pero luego se me atravesaron los chiquillos reclutados por el crimen organizado y después un chico que cuenta la mitología griega como chismecito en Tik Tok. Le oí la historia de Medea y me puse a pensar en ella. Cuando los hombres escriben personajes femeninos complejos generalmente las avientan hacia la maldad, es decir, que se vuelvan locas y maten a sus hijos. A partir de esto, me puse a pensar en cómo sería Medea si viniera a México y a partir de ahí quise redimirla.

Le diste un giro total a su mito.

Claro, no sé si hay una mirada feminista pero sí está mi mirada. No solo es una mujer ardida, es alguien traicionada. Un sentimiento muy vetado en esta época es la ardidez, no te dan chance de decir sí, estoy celosa, enojada y con ganas de cantar las de Jenny Rivera hasta ponerme peda. Quería ver a Medea desde ese dolor, pero también redimirla porque tampoco estuvo chido que matara a sus hijos.

La música también tiene un papel importante en los cuentos.

Me gusta la música, me parece una buena forma de conectar. Con este libro fue todo un tema porque ahora se necesita pedir autorización a las bandas para citar sus canciones y en Medea… había incluido muchas citas. Escribí a las disqueras y solo conseguí una, de modo que use paráfrasis. Eso sí me agüitó un poco.

¿Cuándo inicias el cuento sabes cómo va a terminar?

Sí, soy muy estructurada. Se perfectamente como empieza y termina, conozco a los personajes y su mundo narrativo. Soy medio neurótica y no me gusta perder el tiempo ni hacer nada sin sentido, por eso necesito saber hacia dónde voy. A lo mejor se debe a que estudié filosofía. A veces, mi pareja me dice que me relaje, pero no puedo.

¿Tienes alguna teoría del cuento?

Para mí el cuento solo es una anécdota breve, no sabría definirlo más.

Tus críticos cuestionan mucho tu estética…

Me interesa tener una estética específica y esa es la que tienen mis personajes. No me interesa escribir como dicta el canon, si en verdad lo quisiera así lo haría. Ya gané un concurso con un lenguaje estrictamente literario, pero no me sentí bien. Mi postura estética es escribir como escribo, para mí lo importante a la hora del abordaje estético es que lo pueda leer un chico que no terminó la primaria y está en prisión al igual que una crítica literaria de cualquier país. Luego veo a la mayoría de mis críticos escriben muy culero, deberían aplicar para sus textos lo que a mí me critican.

¿Será que tu misma te has convertido en un personaje?

¿Yo?, soy así en mi vida cotidiana, luego la gente se inventa cada cosa. Dicen que soy una creación de Sexto Piso o que ellos me dicen que tuitear. La verdad es que quienes me conocen desde antes saben que este siempre ha sido mi estilo. Por otro lado, sí creo que la literatura mexicana estaba llena de gente aburrida, entonces cuando llega alguien más aliviana, fresca o desparpajada, llama la atención. Ni soy el gran personaje ni tengo una gran personalidad, el problema es que abunda gente aburrida, pragmática y que se siente demasiado importante. Lo que sí me preocupa es que de pronto hay gente que traslada su aversión hacia mí a mis textos, me parece preocupante que la crítica literaria se convierta en eso. Si van a hablar mal de mis libros que ni me mencionen. Entiendo que el contexto es importante para entender al autor, pero en mi caso tanto las críticas positivas como las negativas están muy personalizadas.

 

 

 

 

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