'Poner a los refugiados en el mapa', el llamado de 'Poncho' Herrera en la COP30 como embajador de ACNUR

El actor mexicano Alfonso “Poncho” Herrera, Embajador de Buena Voluntad de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, participa en la COP30 que se realiza en Belém Brasil, con el objetivo de visibilizar la situación de millones de personas desplazadas por la crisis climática.

Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, Herrera subrayó que “cuando hablamos de refugiados, estamos hablando prácticamente de 117 millones de personas que están en una situación de vulnerabilidad, y cuando hablamos de crisis climática, hay una doble vulnerabilidad para con estas personas”.

El también activista recordó que tres cuartas partes de la población refugiada sufre los estragos de la crisis climática y explicó que su labor con ACNUR, iniciada en 2020, busca “dar voz a todas estas personas que no han sido escuchadas y tratar de ponerlas en el mapa”.

“Para mí es un placer colaborar con ACNUR y poderles dar una plataforma a todas estas personas”, añadió.

Crisis climática y desplazamiento

Al ser cuestionado sobre la irrupción de representantes de pueblos originarios en la sede de la cumbre, quienes exigieron acciones concretas contra el cambio climático y la deforestación, Herrera reconoció no haber presenciado el hecho, pero insistió en la urgencia de incluir esas voces en el debate global.

“No tuve la posibilidad de estar ahí, sin embargo, vuelvo a lo mismo: cuando hablamos de crisis climática, cuando hablamos de refugiados que han sido afectados por las crisis climática, estamos hablando de voces que no han sido escuchadas”, señaló.

El actor subrayó que esta problemática atraviesa continentes: “Honduras es un país que ha sido bastante afectado por la crisis climática, en Brasil las inundaciones de Río de Janeiro en 2022, las inundaciones en Río Grande del Sur, Somalia. Ayer tuve la posibilidad de conocer al ministro de Medio Ambiente de Somalia, un país que ha sido severamente azotado por esta situación. Estamos hablando de prácticamente el mundo entero”.

Herrera enfatizó que el gran desafío de la COP30 es lograr que los compromisos internacionales se traduzcan en acciones concretas que incluyan a las personas desplazadas en las decisiones de cada país.

“Integrar estas voces, y que estas voces sean integradas a las políticas internas de los países, y que sean tomadas en cuenta, para que ellos puedan tener un futuro más esperanzador, para que puedan tener una asistencia legal, educación y un trabajo digno”, explicó.

Compartió una experiencia personal en Uganda: “Hace cuatro meses tuve la posibilidad de ir a los asentamientos de Nakivale y Oruchinga, y conocí a un refugiado de República Democrática del Congo, su nombre es Prince, tiene dieciséis años, y él decía que los refugiados son oro, decía ‘refugees are gold’, porque ellos quieren devolverles a los países de acogida todo lo que han hecho por ellos”.

“Ejemplos como Prince hay muchos -agregó- y creo que ese es el punto: darles voz y ponerlos en la mesa para que sean integrados en las políticas de los países”.

En torno a la receptividad de los gobiernos, Herrera reconoció que “hay de todo” y advirtió sobre los recortes a la ayuda humanitaria que complican la atención a las personas refugiadas.

“En este momento estamos viviendo una crisis humanitaria sin precedentes, y como tal, ha habido unos recortes a la ayuda humanitaria bastante importantes, por decisiones de otros países”, señaló.

Comentó que, ante este panorama, en ACNUR buscan nuevas estrategias para sostener la ayuda: “La conversación que he tenido con Filippo Grandi y con las personas de Naciones Unidas es ser creativos para tratar de invitar a la gente a que done, y hacerles entender que estas donaciones se traducen en educación, en salud, en integración de todas esas personas a los países de acogida”.

Herrera permanecerá en Brasil participando en diversos paneles durante la cumbre, antes de regresar a la Ciudad de México. “Que las voces sean escuchadas, que estas personas sean tomadas en cuenta para las políticas internas, y eso es justo lo que estamos haciendo: utilizar mi plataforma y la plataforma de la COP para darles voz a todas estas personas”, concluyó.

El actor, de 42 años de edad, es conocido por su papel en la serie RBD,  así como por el papel de Francisco en la película Amar de duele. En 2o22 dio vida a un personaje antagónico en la serie de Netflix Ozark.