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“Gerardo Deniz, una rara isla en la literatura mexicana”: Fernando Fernández

El escritor reúne artículos e investigaciones sobre el poeta en el libro ‘Mar en turco’.

  • Redacción AN / HG
14 Aug, 2024 06:10
“Gerardo Deniz, una rara isla en la literatura mexicana”: Fernando Fernández

Por Héctor González

El 14 de agosto de 1934 nació en Madrid, Juan Almela Castell mejor conocido Gerardo Deniz. Poeta, traductor y narrador, llegó a México producto del exilio español a principios de los años cuarenta. Aquí comenzó a corregir galeras para el Fondo de Cultura Económica y no fue hasta que envió unos poemas a Octavio Paz, cuando su trabajo empezó a llamar la atención.

Fernando Fernández lo conoció en 1988 por recomendación de Julio Hubard y apenas lo trató, su personalidad y obra le volaron la cabeza. Así comenzó una relación que se mantuvo hasta diciembre de 2014, cuando Deniz murió. Fernández, sin embargo, nunca ha dejado de leerlo y estudiarlo, producto de una labor de años es Mar en turco (Bonilla Artigas Editores), un volumen que reúne artículos y ensayos dedicados a revisar el legado de quien es considerado uno de los poetas más originales del idioma español.

Tengo la impresión de Mar en turco es un libro que se construyó a lo largo del tiempo y que es producto de tu relación con Gerardo Deniz.

Cierto, podría verse como la última consecuencia los estudios que empecé cuando hice mi tesis de licenciatura en la UNAM. En 1988, tenía 24 años, empecé a hacer la tesis sobre la poesía de Juan Ramón Jiménez, pero un amigo poeta llamado Julio Hubard, me llamó la atención sobre la poesía rara de un autor de nombre muy extraño: Gerardo Deniz. Como hacíamos una revista de poesía conseguí su teléfono, le llamé y me citó en su casa un viernes. Aquella misma tarde me fascinó la manera de expresarse de aquel hombre de apariencia hosca, así que cambié de tema para la tesis y se la dediqué a él. Obviamente le pedí ayuda porque su poesía está llena de referencias e intertextualidades, desde entonces nunca dejé de leerlo y de publicarle artículos. A lo largo de los años junté todo tipo de observaciones, entrevistas y notas, y a mediados de la década pasada decidí organizar todo en lo que ahora es Mar en turco.

En el libro apuntas que es uno de los poetas más originales del idioma, ¿por qué?

Por una serie de características que solo él tiene. Es un poeta extraordinariamente referencial, al mismo tiempo mezcla palabras y frases de otros idiomas; tiene una sonoridad extraña; en su primera etapa le gustaba violar la sintaxis. La mezcla de todo esto lo convierte en un poeta original.

La obra de Gerardo Deniz sorprendió en su momento a Octavio Paz, ¿cómo dialogaba con los autores de su generación?

Llegó a México como parte del exilio español. Su padre, que había sido editor, le pidió ayuda para corregir galeras para editoriales como el Fondo de Cultura Económica. En una ocasión se le hizo fácil mandarle unos de sus poemas a Octavio Paz, quien era embajador en la India. Paz quedó fascinado por la poesía de este hombre todavía desconocido. Así fue como inició un intercambio de 45 cartas escritas entre 1966 y 1970. No obstante, Deniz dialogó poco con los autores de su generación, siempre mantuvo la soledad y el aislamiento. En general fue una rara isla en la cultura mexicana, primero porque no se le entendía y segundo porque no era un hombre sociable.

Cierto era una rara isla, Evodio Escalante llegó a decir que lo que hacía Gerardo Deniz no era poesía y Eduardo Milán apuntó que su trabajo estaba en un lugar ajeno a la literatura.

Todas las características de su obra lo hicieron un ser raro. El caso de Milán y Evodio Escalante es interesante por eso a cada uno le dedico un artículo. Eduardo Milán escribió casi obsesivamente sobre su poesía, le dedicó una decena de textos en pocos años porque le supuso un problema literario, por eso dedicó tanto tiempo a explicarlo. Evodio Escalante en tanto, representó la actitud de una parte de la crítica literaria que lo rechazó porque no lo entendió. Argumentaba que la obra de Deniz no era poesía sino solo textos, sin embargo, luego recapacitó y lo vio de otro modo para ubicarlo dentro de una tendencia de la poesía mexicana llamada “La vanguardia blanca”.

¿Cómo tomaba Deniz las apreciaciones de Evodio Escalante?

En el medio literario mexicano se habla mucho por debajo del agua. Gerardo Deniz reaccionó a los artículos de Evodio y de Milán a través de su literatura, escribiendo poemas y cuentos, con esa discreción que lo caracterizó siempre. Le dedicó dos o tres poemas a Milán y uno a Escalante, además de un cuento incluido en Alebrijes. Todas sus reacciones están expuestas y analizadas en mi libro.

(Fernando Fernández)

¿Qué es lo que mejor sobrevive a Gerardo Deniz a noventa años de su nacimiento?

Hay dos montañas que son los títulos de su literatura reunida por el Fondo de Cultura Económica. Su libro de poesía llamado Erdera y la prosa reunida en De marras, son dos de los picos más altos de la literatura mexicana del siglo XX. Su prosa no ha sido atendida por la crítica como debería. Es un prosista fantástico, minucioso y legible. David Huerta decía que los dos mejores prosistas mexicanos eran Antonio Alatorre y Gerardo Deniz.

Aunque tengo la impresión de que no se le ubica entre los autores canónicos, ¿no?

Deniz publicó sus libros en editoriales canónicas y canonizantes como el Fondo de Cultura Económica, lo que pasa es que es un autor difícil y solemos ser lectores impacientes. Quien está en el mundo de la poesía sabe quién es Gerardo Deniz, ya que lo valoren es otra cosa, muchas veces nos falta la paciencia, pero también el conocimiento y el oído. Un lector curioso lo va a disfrutar.

En el libro tiendes un puente entre Deniz y Pedro F. Miret, ¿por qué?

Tuvieron vidas paralelas, ambos eran hijos de personajes importantes de la etapa republicana española y sus familias terminaron exiliadas en México. Entre ellos se llevaban dos años, se conocieron en el Instituto Luis Vives durante la secundaria. Fueron muy amigos y luego se dejaron de ver 30 o 35 años, se volvieron a encontrar una tarde poco antes de que Miret muriera. Cuando fueron amigos ninguno sabía que sería escritor y en la distancia cada uno se convirtió en un escritor de culto. La obra de ambos tiene elementos parecidos como ciertas atmósferas o recurrencias imaginativas. Hay que destaca la gran influencia que tuvo la literatura de Miret en Deniz, a quien llamó su alma gemela en un artículo periodístico.

¿Quién no conoce a Gerardo Deniz por dónde le puede entrar?

Sugeriría De marras, su prosa reunida por el Fondo de Cultura Económica. No ha sido atendida por la crítica, pero es divertida, ocurrente, casi perfecta.

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