T-MEC vs BRICS; norteamérica gana 1-0, pero… | Artículo

Por: David Ordaz

En el actual contexto de guerra comercial entre EUA y China y la batalla militar entre Rusia y Ucrania, ha provocado el impulso de la relocalización de empresas y cadenas de valor, conocido como nearshoring, que ha beneficiado fuertemente a México.

Hace unos días, la Oficina del Censo de Estados Unidos, dio a conocer que México se consolidó como proveedor y primer socio comercial de ese país, seguido de Canadá y China. De enero a junio, las importaciones estadounidenses de mercancías se ubicaron en 15.5% (México), 13.8% (Canadá) y 13.3% (China).

Además, México exportó productos a su vecino del norte por un valor de aduana de 41,100 millones de dólares, impulsados por las ventas externas de bienes duraderos, tales como autos, autopartes, manufactura en tecnología, suministros industriales y bienes de equipo.

En ese contexto global, Andrés Manuel López Obrador negó que México tendrá participación en el grupo de potencias emergentes conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), argumentando razones económicas, de vecindad y geopolítica.

Después de que Sudáfrica asegurara que nuestro país era una de las naciones que había expresado su interés por participar en los BRICS, López Obrador afirmó que México cuidará su relación con Estados Unidos y Canadá, impulsará la integración económica y la consolidación regional de América del Norte.

“Nuestra propuesta es fortalecer el tratado con Estados Unidos y Canadá, consolidarnos como región, fortalecernos, ayudarnos mutuamente, complementarnos, que se comparta la inversión, la tecnología, la fuerza de trabajo, las capacidades de los obreros de los tres países, que se mejoren los salarios, y que se consolide América del Norte. Eso es lo primero. La posición mexicana es que esta integración se tiene que dar en toda América, para lograr algo parecido a lo que es la Unión Europea. El continente unificado sería la región más importante del mundo”, dijo.

Aunque esto deja clara la posición de México, lo cierto es que el grupo de los BRICS se está convirtiendo en un mecanismo geopolítico y geoeconómico que representaría riesgos para Estados Unidos y América Latina, ya que la alianza estratégica entre China y Rusia daría un componente importante al comercio mundial.

Actualmente los 24 países interesados en integrarse a ese bloque económico son: Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Afganistán, Bangladés, Bahréin, Bielorrusia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Indonesia, Kazajstán, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Senegal, Siria, Sudán, Tailandia, Túnez, Turquía, Uruguay, Venezuela y Zimbabue. Todos con un objetivo muy claro en su narrativa: la erradicación del hambre.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 2030 es la fecha fijada para cumplir con las metas internacionales de erradicación del hambre y la pobreza, y los Ministerios de Agricultura de las cinco economías emergentes más importantes del mundo tienen las condiciones para asumir el liderazgo de ayudar a alcanzar estos objetivos.

“Los BRICS desempeñan un rol político muy importante a nivel internacional. En las últimas décadas los países en desarrollo han visto nuestro desarrollo económico como un ejemplo a seguir”, dijo Kundhavi Kadiresan, Subdirectora General de la FAO y Representante Regional para Asia y el Pacífico, durante la VII reunión de Ministros de Agricultura de los BRICS en la ciudad de Nanjing, China.

Para la economía global, los BRICS desempeñan un papel cada vez más importante y colectivamente representan aproximadamente el 42% de la población mundial y el 23% del PIB mundial, con el potencial del fortalecer la cooperación en áreas como el comercio, inversión, tecnología y energía.

El papel de los BRICS en la economía global seguirá evolucionando y desempeñará un papel significativo en los próximos años.