“A partir del caso Padilla la intelectualidad cubana se volvió mansa”: Pavel Giroud
El cineasta estrena en México su documental ‘El caso Padilla’, en las salas de la UNAM; este sábado 14 de octubre a las 18:30 se llevará a cabo una función especial con la participación de investigadores y cineastas en la Sala Julio Bracho del CCU.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
El 20 de marzo de 1971 el poeta cubano Heberto Padilla fue detenido, la razón su poemario Fuera de juego. Se le acusó por “traición a la patria”, por parte de las autoridades su país. Treinta y ocho días después, el escritor salió de la cárcel y en una reunión con artistas de su país leyó un texto pidiendo disculpas.
Aquel episodio marcó fue un punto de quiebre entre los intelectuales occidentales y el régimen de Fidel Castro. Jean-Paul Sartre, Mario Vargas Llosa y Jorge Edwards, entre otros cuestionaron a la revolución cubana, en contraste al interior de la isla el pasaje fue enterrado.
Casi cincuenta años después el realizador Pavel Giroud recibió el video de la comparecencia de Padilla ante sus colegas. El discurso es la columna vertebral del documental El caso Padilla, que recién se estrena en la UNAM.
¿Por qué regresar al caso Padilla?
Del caso Padilla se ha hablado mucho, pero desde más de medio siglo se ha quedado en un circuito intelectual o investigativo. Incluso, cuando se cumplieron cincuenta años de la revolución cubana, el ministro de cultura Abel Prieto, sostuvo que había sido un error puntual de la seguridad cultural del Estado y no era parte de la política cultural de la revolución.
¿Cómo accedes al video del encuentro entre Heriberto Padilla y los artistas cubanos?
No puedo decir quién o quienes lo ponen en mis manos porque me pidieron anonimato, pero apenas lo tuve entré en el debate de si hacerlo público o hacer una película. Me pareció más apropiado lo segundo porque me permitió contextualizar, pulir el material y hacerlo más comprensible para todo el mundo. La película ha tenido un gran impacto porque conseguimos mostrar una cara que muchos no querían ver, para nosotros ha sido muy satisfactorio que medios de izquierda en el mundo entero que han evitado condenar la revolución cubana, a partir nuestro trabajo comenzaron a llamarla dictadura. Eso nos llena de satisfacción porque justo era a quienes nos dirigíamos.
¿Cómo ha sido recibida la película en Cuba?
En Cuba la película se ha visto de manera ilegal. Me han escrito jóvenes, pero también gente con más de setenta años que desconocía este episodio. Mientras que en el mundo intelectual tuvo impacto, el caso Padilla en la isla se ocultó.
¿Qué impacto tuvo el caso Padilla en la cultura cubana?
Siempre se dice que a partir de este caso gran parte de la intelectualidad mundial rompió con la revolución cubana, pero a mi parecer tuvo otra importancia. A partir de esa noche la intelectualidad cubana se volvió mansa y se inoculó el miedo, aunque diez años antes Fidel Castro ya había dictado las reglas del juego. Padilla fue un conejillo de indias y a partir de esto se acabó la crítica. Creo que esa noche Fidel Castro se dio cuenta de que hiciese lo que hiciese siempre se lo iban a perdonar y que el balance siempre estaría a su favor. Los escritores que lo criticaron terminaron trabajando en sótanos como traductores.
El único escritor que contradice a Padilla es Norberto Fuentes…
Sí, se dieron cuenta de que necesitaba cariño por parte de la revolución y se lo dieron, se convirtió en un autor oficialista, muy cercano a Raúl Castro.
Padilla muere fuera de Cuba, ¿qué le significó ese episodio?
Aquella noche lo obligaron a hacer un suicidio moral. Él hubiera salido mejor parado si la gente hubiera visto este material, pero claro, Fidel Castro quien mandó filmar la reunión para que el mundo viera al poeta pedir perdón, entendió que sería peligroso darlo a conocer, por eso lo guardó y solo distribuyó la versión transcrita. Padilla estuvo diez años marginado, luego quiso irse a España, pero Fidel Castro no lo dejó. Fue hasta que intervino el senador Edward Kennedy cuando salió rumbo a Estados Unidos. No lo conocí, pero me cuentan que nunca volvió a ser el mismo.
Cincuenta años después muchas cosas han cambiado…
La diferencia es que en 1971 era un poeta preso y la vanguardia intelectual occidental, siendo afín a la revolución se decidió a desafiar a Fidel Castro y a exigir su liberación. Hoy, no es un poeta preso, hay casi mil prisioneros por lo mismo que Heriberto Padilla, es decir por cuestionar al régimen. Ahora la intelectualidad mundial convencida de que la revolución no es lo que creían, prefiere hacer silencio. En Cuba la represión actual es mayor que la de 1971. La gente se lanzó a la calle hace dos años exigiendo libertad y la respuesta fue una represión sin precedentes.






