“Con mis películas procuro abrir una ventana a la realidad”: Lorenzo Hagerman
El documentalista mexicano viajó a la África subsahariana para filmar su película ‘Fifalania’.
- Redacción AN / HG

Por Héctor González
La fístula obstétrica es un padecimiento que se da en mujeres que durante el embarazo no han tenido acceso a una consulta médica. Mientras que en México esta cerca de ser erradicada, en regiones como el África subsahariana afecta a casi dos millones y medio de mujeres, según datos de Organización Mundial de la Salud.
La muerte de un familiar puso al documentalista Lorenzo Hagerman rumbo a esta realidad. Al llegar a aquella región, el realizador conoció a una misión de médicos que una vez al año viajan para apoyar con atención a decenas de pacientes, el resultado de su viaje e investigación está en su película Fifalania, que actualmente se proyecta en la Cineteca Nacional.
La película surgió un a partir de una experiencia personal difícil, ¿a través del cine cómo se canalizan el dolor?
Es muy común que una película o documental tenga que ver con la vida de uno. Los temas te escogen y este caso no es la excepción. Cuando mi cuñada falleció en la África subsahariana, me pregunté ¿qué hacían ahí?, así fue como me empecé a conocer su realidad. Ante la carencia de servicios médicos en la mayoría de estos países, hay doctores mexicanos, latinoamericanos y españoles que con sus propios recursos viajan todos los años para contrarrestar el problema, esa iniciativa fue la que me llevó a hacer el documental.
¿Cómo hacer un documental de estas características sin revictimizar a los personajes y respetando su dignidad?
La distancia supuso un reto, no tuve la oportunidad de hacer un viaje previo para conocer a los personajes. Llegamos con una investigación previa y listo. Me gusta guiar mis documentales con una ética periodística y teniendo en mente al gran fotógrafo brasileño Sebastián Salgado, quien tenía claro que no se podía afectar el destino de las personas que colaboran y que al final son quienes se quedan. Me acerco con respeto y explicando con detalle lo que hago. No me sorprende que sean los personajes quienes expliquen y más cuando hay que dar a conocer su realidad. Siempre he trabajado de esa manera, procuro valorar su realidad y sus personas.
La película se centra en el padecimiento de fístula obstétrica, una lesión que puede ocurrir durante el parto y que puede costar la vida si no se atiende, en este sentido se apoya mucho en el testimonio de los doctores.
Quería retratar también la profesión médica, el servicio de los cirujanos y enfermeras, a veces se les ve como gente que ya rebasó los sentimientos y por su cantidad de experiencia parecieran mecánicos e insensibles. Me interesaba mostrar su fragilidad, miedos, limitaciones y dudas ante el cuerpo humano.
Es difícil no contrastar lo que sucede en esa región de África con lo que pasa en México, ¿qué balance hace en este sentido?
Son incomparables las necesidades médicas que hay en la África subsahariana respecto a América Latina. Llegué a lugares donde había gente que nunca había conocido a un doctor. La fístula obstétrica que padecen mujeres sin acceso a una consulta médica durante el embarazo es una de las causas que motiva a esta misión de doctores, es un síntoma de países que carecen de servicios médicos. Te pongo un ejemplo, según el Instituto Nacional de Perinatología en 1998 y 2012 en México solo hubo 15 casos, y todos restaurados; en el África subsahariana, según la Organización Mundial de la Salud se calcula que hay más de 2.5 millones de mujeres que la padecen. Los mexicanos sabemos que tenemos muchas carencias, pero viajar para allá te hace valorar lo que se tiene, desde luego hay retos por atender, pero estamos a años luz. Es un documental también, sobre la importancia de la ayuda sin fronteras.
Ante un documental como este, es natural que el espectador se conmueva, ¿usted como director alcanza a controlar sus emociones?
Es incontrolable, el estado mental o el grado que alcanzamos mientras filmamos es equivalente a entrar en un trance, toda la atención está puesta en el rodaje y en el montaje. Como director me gusta pasar desapercibido, ser como una mosca en la pared. Sin embargo, pese a que la cámara puede ser un filtro en esta película me sentí rebasado un par de veces.
Sus documentales suelen tener una dimensión social importante, ¿cómo entiende la responsabilidad social de su trabajo o del cine en general?
Es algo controvertido, no sé si el arte o el cine tienen una función social. Muchas veces me preguntan qué busco con mis películas, no sé, creo que la suma de todo crea un punto de vista. Procuro abrir una ventana para que la gente se asome a un segmento de la realidad, al darlo a conocer en realidad estás dando una batalla contra la ignorancia y la ceguera. A través de la imagen intento que el público viva lo que yo. Latinoamérica tiende a verse a sí misma y no observa lo que sucede en África, creo la película puede ser un primer paso para hacer conciencia sobre cómo están allá, aunque reconozco que tampoco hago cine para generar movimientos de cambio.

