La guerra mundial de la desinformación | Artículo
Las redes sociales se han convertido en una oleada de desinformación sobre la guerra que debe ponernos alerta, tanto a quienes nos dedicamos a las noticias, como a un consumidor de información.
- David Ordaz

Por David Ordaz
Esquilo, el dramaturgo griego escribió que, en una guerra, la primera víctima es la verdad, y actualmente podemos comprobarlo en conflictos como el que Rusia y Ucrania e Israel y Palestina en la Franja de Gaza, donde medios de comunicación, tanto de oriente y occidente, manipulan los hechos y llegan incluso a mentir y desinformar para imponer una narrativa en beneficio de fines comerciales, políticos, empresariales, entre otros.
En pocos días se cumplirá un mes del ataque del grupo Hamas en la Franja de Gaza que dejó miles de muertos, heridos, desplazados y que provocó una violenta reacción del gobierno de Israel, que también ha dejado una estela de muerte, destrucción y a miles sin casa y/o sin servicios básicos para vivir.
Desde el inicio de ese ataque, países que apoyar a ambos bandos se han involucrado y a través de sus líderes, han querido imponer un discurso de defensa de lo ‘buenos’ que son unos y un discurso de odio contra aquellos a quienes consideran los ‘malos’.
En un caso extraordinario, la cadena estadounidense CNN (reconocida por su rigurosidad informativa) tuvo ya un par de señalamientos sobre su cobertura en el conflicto.
A unos días de iniciados los bombardeos, una reportera y su equipo, de ese medio de comunicación, transmitieron en vivo como se resguardaban de un ataque, situación que poco a poco fue evidenciándose como un presunto guion que estaban siguiendo. Días después, una activista egipcia se enfrentó a la periodista por el supuesto montaje en un punto fronterizo de Rafah.
Por su parte, la reportera Sara Sidner, tuvo que disculparse tras defender las afirmaciones del gobierno israelí de que Hamas decapitó a 40 bebés en una transmisión en vivo, hechos que no fueron confirmados.
“Ayer, la oficina del Primer Ministro israelí dijo que había confirmado que Hamas decapitó a bebés y niños mientras vivíamos en el aire. El gobierno israelí ahora dice hoy que NO PUEDE confirmar que los bebés fueron decapitados. Necesitaba tener más cuidado con mis palabras y lo siento”, escribió Sidner en su cuenta de Twitter.
Hay decenas de videos en las redes sociales y que se han transmitido en medios de comunicación. Uno que se viralizó fue donde se aprecia un helicóptero israelí siendo derribado por un misil, sin embargo, dicho video fue publicado en un canal de YouTube en el mes de septiembre pero que corresponde a un videojuego de simulación llamado Arma 3.
O aquellas imágenes presentadas donde supuestamente Palestina estaba debajo de un cielo rojo por las explosiones y lanzamiento de misiles pero que, según los comentarios de los usuarios, pertenecería a una celebración en Argelia por ganar un campeonato de futbol.
🇮🇱🇵🇸Un joven en Cisjordania se enfrenta a la corresponsal de CNN, Sarah Sidner, que difundió la ‘nota’ de la decapitación de niños. Por su parte, una activista egipcia se enfrentó a la periodista de CNN, señalada de ‘montar’ un ataque en vivo en el punto fronterizo de Rafah. pic.twitter.com/cT4w6lxSEH
— David Ordaz (@david_ordaz) October 20, 2023
Hace unas horas se dio a conocer que la periodista rumana Cristina Cileacu fue acusada de intentar simular un ataque de Hamás durante un reportaje en vivo del canal de televisión local Digi 24 desde Israel y donde se observa que los transeúntes que hay alrededor ni siquiera reaccionan al presunto bombardeo.
Las redes sociales se han convertido en una oleada de desinformación sobre la guerra que debe ponernos alerta, tanto a quienes nos dedicamos a las noticias, como a un consumidor de información.
Al respecto, el Media Wise Institute, organización de fomento a las buenas para el consumo de información confiable, señala que la cantidad de desinformación es tal en este conflicto, que sobrepasa lo ocurrido en la pandemia de COVID-19 o la invasión rusa en Ucrania.
Por su parte, el Comité para Protección de Periodistas (CPJ), indicó que la desinformación se vuelve un problema para los periodistas in situ, ya que la información falsa fluye a alta velocidad y en grandes proporciones en las plataformas digitales, lo que dificulta el trabajo de verificarla.
Lo cierto es que la manipulación informativa también debe ser considerada y sancionada como un acto de censura a la libertad de prensa, donde periodistas y reporteros arriesgan sus vidas en pro de informar, pero en su mayoría de las veces, tienen que atenerse a las decisiones ejecutivas de los responsables de los grandes medios hegemónicos y que forman parte de un sistema de mentiras.
Es importante hacer un llamado a periodistas y medios de comunicación a incrementar sus controles de verificación de contenidos para evitar consignar noticias falsas sobre cualquier y evitar compartirlos en redes sociales para ganar seguidores y pensar que los internautas deben consumir información confiable y verificada.