Voluntarios han entregado más de 4 mil alimentos a migrantes que cruzan el Istmo de Tehuantepec

Por Diana Manzo.

“Uniendo fuerzas, traemos esperanza” es más que un eslogan, es un acto de ayuda que voluntarios del Banco de Alimentos en el Istmo de Tehuantepec han realizado al compartir más de 4 mil alimentos con migrantes que cruzan a pie el territorio oaxaqueño en busca de llegar a Estados Unidos.

Es de tarde y a orilla de la carretera panamericana en Niltepec, los voluntarios bajan de una camioneta, colocan una mesa y sillas, y de inmediato se acercan mujeres, hombres, niñas y niños y la ayuda comienza a repartirse.

Anotan sus nombres, así como la edad y nacionalidad. Estos datos los usan únicamente como registro interno para llevar el conteo de las ayudas y saber los países de origen de las personas. Posteriormente les entregan un boleto y se acercan a la camioneta para obtener los alimentos.

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En cada de bolsa hay agua, galletas, leche, jugos, suero y comida que les ayudará para seguir su camino.

 “Esto es una bendición, esto es bastante para nosotros”, dicen migrantes.

“Yo vengo de Venezuela con mi esposo y mi hijo, es fuerte lo que estamos pasando, algo es algo”, dice Greicy Cuchillas de 31 años, quien viaja con su hijo de 3 años y su pareja.

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Algunos migrantes denuncian abusos de agentes migratorios, militares y transportistas.

“A nosotros nos quitaron el pasaje antes de llegar a este lugar”, “nos cobran muy caro el transporte, 200 pesos por persona en las motitos y fue un tramo corto”, señalan.

Un grupo de venezolanos integrado por ingenieros, maestros y doctores que viajan con dos mujeres y una menor de edad también denunciaron.

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“A nosotros un militar nos obligó a comprarle helados a su esposa en uno de los retenes”, dijeron y reiteraron que no buscan quedarse en México, solo van de paso.

“Ojalá hubiera más gente como ustedes, que nos ayudando con estos alimentos; traemos el pie molido, cansado, sentimos que ya no damos para más”, dijo un grupo de 20 ecuatorianos que viajan con seis menores de edad.

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Gabriela Galán de 30 años de edad lleva 26 días desde que dejó Ecuador, viaja con sus 4 hijos (14, 12, 10 y 4 años) y su esposo. Asegura que la travesía ha sido difícil.

“Estamos agotados y sin dinero. Me alegra que haya gente buena que nos ha regalado una despensa. La travesía ha sido difícil, dura, porque nos ha tocado dormir bajo la lluvia. Lo más feo ha sido que en México ni siquiera nos dirigen la palabra”.

De los arbustos y un terreno agrícola aparece un grupo de cinco senegaleses. Sin hablar castellano y solo con señas agradecen también la ayuda.

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Ayuda a los migrantes, programa humanitario

“El programa surgió al oír los testimonios de las mujeres que narraban los abusos policiales, del caminar varios días y sin probar alimento por falta de dinero, de estar enfermos; así decidimos crear el programa para captar donativos y ayudar a esta población vulnerable qué pasa por nuestro territorio”, expresó Geonatan Lorenzo, director general del Banco de Alimentos Región Istmo.

El Banco, integrado por 16 fundadores nació hace tres años en Niltepec,y paso obligado de personas en movilidad que entran a México de forma ilegal tras huir de la violencia, falta de empleo y de la crisis climática que ha azotado Centroamérica en los últimos años.

Geonatan junto con Luvia Antonio Molano, Guadalupe Posada Sibaja, Leidy Santos Santos y Abraham Michelle Velásquez Gómez, son los más activos de la zona, a diario comparten la ayuda para que aumenten los donativos.

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Y es que de parte de los gobiernos locales y del estado las acciones ante la llegada de cientos de migrantes todos los días son mínimas.

En Juchitán por ejemplo, apenas hace dos días, realizaron limpiezas en los espacios públicos, sin embargo, no hay un plan de atención mínima para los casi mil personas en movilidad que llegan a esta ciudad en busca de un transporte que los lleve a la a capital de Oaxaca o a la Ciudad de México.

“Vemos que de parte del gobernador de Oaxaca no hay nada, acá en la zona se armó un colectivo de presidentes municipales supuestamente para ayudar, pero no hay un plan regional. Migrantes entran a Oaxaca y son víctimas de abusos, no hay espacios dignos; se necesita más ayuda”, dijo Lorenzo.

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Además de la ayuda con despensa, también donan alimentos calientes para que los migrantes, especialmente mujeres con hijas e hijos menores aguanten los largos tramos que tienen que caminar.

“No les permiten subir a los camiones, los bajan, y es cuando nosotros les damos los alimentos, una sopa de pollo, un atole; comida caliente que les ayude a avanzar”, dijo Luvia Antonio Molano, fundadora del Banco de alimentos Región Istmo y responsable del programa Ayuda a los migrantes.

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