La italiana Dacia Maraini pide anteponer la justicia para solucionar los conflictos en Ucrania y Palestina

La escritora italiana Dacia Maraini condenó las guerras e invasiones de los países movidas por la venganza y abogó porque el mundo voltee a la justicia como manera de solucionar las diferencias que generan los conflictos armados en Europa y Medio Oriente.

“Tenemos que condenar las invasiones porque cada pueblo tiene que tener su integridad, no se puede invadir un pueblo que tiene su identidad en nombre de algo (un país) lejano”, dijo durante una conversación con Guadalupe Nettel en la apertura del Salón Literario de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

La narradora, quien vivió tres años en un campo de concentración junto a su familia durante la Segunda Guerra Mundial, recordó que Ucrania fue declarado un país libre e independiente en 1991 “y no puede ser invadido”.

“Tenemos que defender a quien se defiende de una invasión, ahí algo malo”, declaró.

La autora de El tren de la última noche (2012) se refirió a la guerra entre Israel y Palestina que surgió por anteponer la venganza por encima de la justicia.

“La venganza es un sistema arcaico, hay cambiar, hay que pasar a la justicia, no a la venganza, es el punto fundamental, la venganza es fácil e inmediata, yo disparo, lanzo bombas, pero no está bien, la justicia es civilmente superior a la venganza, cada pueblo debería entender esto”, consideró.

Compromiso y feminismo

La narradora se refirió hasta antes de la guerra entre Ucrania y Rusia, en Europa reinaba la paz, uno de las tres conquistas tras la Segunda Guerra Mundial en el que se logró restaurar la unión entre naciones.

Durante la conversación Nettel le preguntó sobre las circunstancias que la llevaron a convertirse en feminista, en luchar por la libertad y derechos de las mujeres. Maraini respondió que no fue tanto el crecer en un ambiente intelectual, sino un sentimiento innato.

Compartió que en ese entonces su padre la acusó de arruinar un libro, lo que ella negó. Como no le creyeron, se enojó tanto que se escapó de la casa. Cuando se percataron de su ausencia, sus padres comenzaron a buscarla por todos lados; recibieron entonces una llamada de la policía donde les informaban que estaba en la comisaría. Años después, sus padres le contaron que la encontraron rodeada de policías, a quienes repetía que la habían acusado injustamente, que se quería quedar mejor con ellos y convertirse en gendarme.

Ella pensaba que la injusticia sólo era un acto cometido hacia su persona. Fue con el tiempo que entendió que los actos injustos le pertenecen a todo el mundo, y que cada persona debe luchar contra ellos. Al percatarse de la desigualdad y los abusos en contra de las mujeres, vio los actos como ejemplos de lo injusto que era el mundo patriarcal, y comenzó a defender el feminismo, concluyó.

Tras la charla, Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes, y Ricardo Villanueva, rector de la Universidad de Guadalajara, entregaron a ambas escritoras la Medalla Carlos Fuentes.