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“Ante todo he sido cronista y preguntona”: Elena Poniatowska |Video Naturaleza Aristegui

La escritora y periodista reconoce que el gobierno actual ha puesto énfasis en los más desfavorecidos.

  • Redacción AN / HG
28 May, 2023 06:46
“Ante todo he sido cronista y preguntona”: Elena Poniatowska |Video

Por Héctor González

A sus 91 años Elena Poniatowska no deja de trabajar. Publica de manera semanal en La Jornada, escribe, lee y publica libros. Su proyecto más reciente es la reedición de su obra como la colección Biblioteca Elena Poniatowska, que comienza a circular bajo el sello Planeta.

La serie abre con La noche de Tlatelolco, Tlapalería y Querido Diego, te abraza Quiela, y paulatinamente irá completando el catálogo de la ganadora de los premios Xavier Villaurrutia y Cervantes.

“Tengo 91 años, a esta edad uno está mucho más cerca de la salida, aunque también se podría decir que estoy cerca de un nuevo nacimiento… en el cielo”, advierte la escritora no sin antes reconocer que no descarta la posibilidad de publicar sus memorias.

¿Qué sensación le produce la reedición de sus obras como Biblioteca Elena Poniatowska?

Tengo mucho agradecimiento hacia Planeta y a la vez me da tristeza por la editorial Era, que era de Espresate, Rojo y Azorín. Ahí empezamos muchos escritores como José Emilio Pacheco, Carlos Monsiváis y yo misma, por desgracia se ha ido completamente para abajo.

¿Por eso decidió llevar su catálogo a Planeta?

Esa decisión no la tomé yo, sino dios o toda la corte celestial. Murieron Vicente Rojo y Neus Espresate, su padre Tomás era un gran editor. Por desgracia no supieron cuidar a Era, a pesar de que ahí estuvieron escritores importantes de esa época, sin embargo, los últimos directores dejaron morir a la editorial.

¿Revisó las obras para estas reediciones?

No, en general cuando un escritor publica un libro no lo reescribe, aunque hay excepciones. José Emilio Pacheco hacia sufrir a sus editores, cambiaba todo ya en páginas blancas. Quien tenía una fe ciega en sus textos era Carlos Fuentes, una vez que lo tenía escrito no movía nada. José Emilio y Monsiváis en cambio, en cambio eran reescritores.

¿Usted cómo es?

Yo soy periodista, así como usted, era más inocente. Piense que tengo 91 años, a esa edad uno está mucho más cerca de la salida, aunque también se podría decir que estoy cerca de un nuevo nacimiento… en el cielo.

¿Cree en la vida más allá de la muerte?

No tengo idea, nadie ha regresado para contarlo. Mi mamá y mi familia en general fueron muy religiosos. Mi mamá creía que iba a reencontrar a mi hermano Jan Poniatowski, muerto en 1968 a los 21 años, para ella nosotros éramos espíritus.

Ahora que ve sus libros en conjunto, ¿alguno es su predilecto?

Uno quiere a todos por igual, en particular al que escribe en el presente. No obstante, les tengo mucho aprecio a mis cuentos porque en general están basados en estados de ánimo o a veces en circunstancias de vida, también son un homenaje a mis compañeros de vida. Disfruté mucho escribir sobre Guillermo Haro, el astrofísico, y quien fue mi esposo.

Usted ha sido cronista de la historia reciente de México, ¿en qué tipo de periodo estamos ahora?

México sigue siendo muy pobre, hay abismos entre una clase social y otra. Pero también creo que por parte de este gobierno sí ha habido una preocupación por la gente más necesitada. Son muy importantes la creación de empleos, la educación de los niños y la igualdad entre los hombres y mujeres. Creo que en esta administración se están haciendo esfuerzos para atender estos puntos, aunque yo me quedé con el recuerdo de don Jaime Torres Bodet, quien fue un gran educador.

Quizá no ha conocido a ningún otro presidente tan bien como al actual, ¿no?

No puedo decir que lo conozco, vino a mi casa cuando era candidato y empecé a acompañarlo a actos públicos. La noche anterior a cuando tenía que hablar, no dormía por los nervios. Ahora no tengo relación con él, no lo he visto más que a través de una pantalla. Hace mucho que no ha estado en casa, siendo que antes me visitó al menos quince veces, lo trajo José María Pérez Gay.

¿Sigue siendo de izquierda?

Sí, fíjese que contradicción, por todas partes debería ser una persona de derecha. Mis antecedentes mexicanos son de los Amor y los Iturbe, hacendados y dueños de peones; y por mi lado polaco, vengo de la familia de un rey que se preocupó mucho por su gente y que además fue amante de Catalina La grande, emperatriz de todas las rusas.

¿Cree en la posteridad?

¡Ay, no! ¡Qué pregunta! ¿Usted lo cree? Yo creo que eso ya es algo muy ajeno. Creo en el gusto, la felicidad y en el privilegio de tener diez nietos.

¿Tiene guardado un libro de memorias?

Estuvo en un convento de monjas, ahí escribí un diario dirigido al niño Jesús. Al principio escribía sólo en francés, hasta que entré al Excélsior a mediados de 1953 comencé a hacerlo en español. Sin embargo, no tengo un libro de memorias, aunque si me da tiempo tal vez podría hacerlo. Más que de memorias sería de acontecimientos, porque ante todo he sido cronista y preguntona. Siempre he sentido que las mujeres son borradas de los grandes acontecimientos, por eso intento rescatarlas a través de las novelas, como he hecho con Lupe Marín o Tina Modotti.

Me llama la atención que sus novelas más recientes son las más voluminosas, ¿por qué?, ¿ahora tiene más tiempo?

Supongo que se debe a las circunstancias, es una buena pregunta, la verdad no había reparado en eso. Siempre he tratado de que mis textos estén ligados a la gente y retraten lo que yo veo. Me hubiera encantado ser poeta, tengo algunos poemas, pero nunca los he publicado.

¿Cómo va su fundación?

Mal, es muy difícil.  Aunque está muy bien situada, en la colonia Escandón, se necesita más interés y apoyo para que acudan más jóvenes. Siento que las secretarías de Cultura y Educación siempre han estado dispuestas, pero se necesita definir las funciones. Se han hecho coloquios y conferencias muy buenas, mi hijo Felipe Haro, quien la dirige, es muy entusiasta, pero se requiere todavía más.

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